El presidente de la Federación
Española de Natación, Fernando Carpena, ha manifestado hoy que “los problemas” con Anna Tarrés,
seleccionadora destituida de Sincronizada, “pertenecen
a la esfera privada”. Pues, a juzgar por la carta hecha pública este lunes
por 15 ex nadadoras –donde se acusa de abusos a la que fuera su entrenadora–
quién lo diría.
Insistió Carpena ante los
periodistas en que “se ha provocado un
tema mediático en el que la Real Federación no ha participado para nada”.
Esta alusión a los medios de comunicación –sin cuya intervención no se habría
producido el escándalo– nos lleva a enlazar con la misiva de las sirenas.
“No
estamos aprovechando el momento”, aseguran en el comunicado
hecho público, porque “nosotras ya no
volveremos a nadar ni tenemos deseo de repercusión mediática”. Nuevamente,
quién lo diría. Y continúan subrayando: “Simplemente
queremos denunciar lo que hemos vivido para que la sociedad sepa el precio que
se ha tenido que pagar hasta ahora para subir a un podio de la mano de Anna
Tarrés”.
Pues bien, esto es
aprovechar el tirón mediático en toda la regla. Y claro que es lícito, sobre
todo por coincidir con el reciente éxito olímpico. Pero, cuando se acude a los
medios de comunicación para atacar a otra persona de relevancia pública hay que
ser consciente de que se emprende un camino en el que ya no valen las medias
tintas. Se tenga razón o no.
Volviendo al presidente
federativo, éste también incidió en que “el
pueblo español entero debe sentirse partícipe de lo que sucede, y por ello
hemos cambiado el equipo técnico”. Nuevamente, esa apelación a todos los
españoles choca con la idea de que todo lo generado alrededor de la destitución
de Tarrés “es una polémica privada”.
Ahora, y por parte del presidente, una de cal y otra de arena.
En medio de la polémica –de la
que viven los medios, para qué vamos a engañarnos– Gemma Mengual, que vuelve a
la selección como directora artística, afirma no creer que “el morbo sea bueno para este deporte” y subraya: “No es elegante sacar la mierda cuando no
toca”.
De nuevo, hay que recordar
que cuando los medios de comunicación entran en juego, el ventilador es
imparable. Para mal y para peor. No hay más que ver los siguientes titulares,
con los que se presentó la noticia del comunicado sobre los supuestos tratos
vejatorios y fases insultantes de Tarrés: “Trágate
el vómito, que aún te queda hora y media para terminar” (Público); “No te hagas la estrecha ahora…” (El
Mundo); “Fuera del agua, gorda” (El
País); “Con lo gorda que estás no puedo
desfigurar el equipo” (ABC). Y hay más.
La prensa es así. Cuando se
juega en su terreno a la guerra personal, la metralla salpica a diestro y
siniestro. Así, que ya sólo queda desearle suerte a la nueva seleccionadora
que, por cierto, se llama Ana Montero.
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