Quizá por aquello de que el
muerto nunca puede defenderse, los obituarios de los periódicos –concebidos
para trazar un perfil vital de los fallecidos– siempre suelen recoger más
aspectos positivos que negativos. El caso de Santiago Carrillo, figura controvertida
donde las haya, no iba a ser menos. Y es que, como recoge El Confidencial.com, “fue un hombre tan querido como odiado”. Por
eso, su muerte “no ha dejado indiferente a nadie”.
Diversos han sido los
adjetivos asociados al político comunista. Así, al margen del clásico
“histórico dirigente”, comprobamos que en El
Mundo –precisamente en el obituario firmado por Raquel Quílez– se le
despide como “el último icono rojo”, mientras que Público, utilizando el
mismo símil, lo tilda de “el icono de la lucha contra Franco”.
“Adiós al rojo que supo
pactar”, titula una de sus informaciones El
Periódico de Catalunya, que asimismo publica un artículo de José Luis López
Bulla que glosa “la pasión política del viejo león de la izquierda”.
La figura de Carrillo
también ha quedado asociada a los primeros años de la actual Monarquía. “Pieza
clave de la Transición”, titula La
Vanguardia, y “persona fundamental para la Transición”, según manifestó el
propio Rey y recoge El Mundo. Más
opiniones favorables a Carrillo encontramos en El País, donde un artículo de Joaquín Prieto se titula “adiós al
político de la reconciliación”. Además, Soledad Gallego Díaz califica a
Carrillo en el mencionado diario de Prisa
como “decisivo en la paz”.
Pese al tono
mayoritariamente positivo, en el recuerdo de Carrillo también encontramos un “lado
oscuro”, como señala ABC. En este
sentido, La Razón subraya que “el
pasado se llamaba Paracuellos”, donde fueron asesinadas varias miles de
personas al poco de iniciarse la Guerra Civil.
La responsabilidad de
Carrillo en aquella matanza –aún no aclarada; o sí, según los estudios e
informes publicados– da pie a que en otros medios, como Libertad Digital, se vea así el adiós al viejo líder comunista:
“Despidiendo a Carrillo: nostalgia de lo que no fue y unas gotas de rencor”.
Este diario en internet incluye otros artículos en los que se habla de “las
pruebas contra Carrillo en Paracuellos” y se resume parte de su trayectoria
como “el libro negro de Carrillo”. Por su parte, El Confidencial.com realiza un ejercicio de concreción al titular.
“Carrillo, de la pesada sombra de Paracuellos a la Transición”.
Los matices e
interpretaciones llegan a la misma capilla ardiente, en la cual recibió
Carrillo –según El Mundo– “un
multitudinario adiós”. Y es que, como si del cálculo de una manifestación se
tratara, nos encontramos en El País
con una “gran afluencia”, que ABC
rebaja a “cientos de ciudadanos”.
Ni en la muerte, pese a que
los obituarios favorables mandan, hay unanimidad. Diversidad y libertad de
opinión, que se dice.
Lo de ABC con las cifras es de "manda huevos", al estilo Trillo. Si Colón se llena con cristianos fervorosos de ver al Papa entran millón y medio largo, si quienes la ocupan son manifestantes antirecortes sólo son miles.
ResponderEliminarTienes toda la razón. Cuando se mezclan la política y los medios de comunicación, irremediablemente, se alteran todas las normas aritméticas. Y la botella medio vacía y medio llena es volcada hacia un lado u otro, en función de la ideología del medio. Pero ya se les ve demasiado el plumero a todos, ¿verdad?
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