jueves, 8 de noviembre de 2012

Y a los cinco años de crisis... algunos se bajan del coche oficial



El pesimismo y el miedo atenazan a los españoles. Y los culpables de esa terrible pinza, según el último sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), son los políticos. Así de claro y rotundo es el análisis inmediato del barómetro de octubre, cuyo avance se hizo público este pasado miércoles.

Y es que un 49% de los encuestados creen que dentro de un año la situación económica del país será peor que ahora. Además, otro 28% consideran que nada va a cambiar en un país que navega a la deriva con seis millones de parados. 

Como conclusión, se puede afirmar que casi ocho de cada diez españoles no creen que las cosas mejoren. Vamos, como para hacer las maletas y salir corriendo, decisión que adoptaron –sólo en los nueve primeros meses de este año– cerca de 55.000 españoles y 365.000 extranjeros.

Si comparamos la desesperanza de los españoles ante su futuro más inmediato con su opinión de los políticos –quienes legislan, administran y, por tanto, deciden– vemos como hay una relación causa efecto. De esta manera, un 75% de los consultados por el CIS creen que el próximo año la situación política del país será igual o peor.

Como se puede comprobar, las cifras del desencanto económico y el hastío hacia los políticos van paralelas. De ahí, que una iniciativa como el tijeretazo a los coches oficiales, aprobado ayer por el Consejo de Ministros, habrá sido bien recibida. Aunque llega tarde, como todas las medidas aprobadas, primero por Zapatero y ahora desde el Ejecutivo de Rajoy.

El ahorro en vehículos oficiales –según conocíamos ayer– no será muy sustancial, aproximadamente unos 10,5 millones de euros. Pero se trata de la primera vez que un Ejecutivo nacional mete la tijera de la austeridad al Parque Móvil del Estado.

La medida adoptada tiene un gran simbolismo, ya que recorta uno de los privilegios más evidentes de los políticos. Aunque sea poco efectiva, en cuanto a ahorro se refiere. Sin embargo, resulta insultante la falta de reacción de nuestros gobernantes ante una crisis que devora los ahorros de los españoles y ha provocado el desahucio de centenares de miles de familias.

¿Tenían que transcurrir casi cinco años de crisis para que el Gobierno de turno cayera en la cuenta de que había que suprimir coches oficiales, aunque sólo fuera por estética? Sucesos como los acaecidos en el Madrid Arena, donde cuatro muertos no han sido suficientes para que se produjeran dimisiones inmediatas, no hacen sino apuntalar la idea de que la clase política es una casta instalada en sus cuarteles de poder. Y, mientras tanto, España es, en sí misma, un país desahuciado.




 

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