domingo, 3 de marzo de 2013

‘Help, ayúdame’ como himno contra la crisis y los desahucios

 
Las comparaciones son odiosas. Pero es que la Reina de Inglaterra ha sido ingresada en un hospital por primera vez en diez años –a causa de una gastroenteritis–, mientras que nuestro Rey, en once meses, acumula cuatro operaciones.
 
El monarca español ya ha pasado una docena de veces por el taller, como dice él. Con menos frecuencia para labores de pintura y más para que le reparen su deteriorada chapa. Por el contrario, Isabel II, con una salud de hierro, no pisaba un hospital –salvo para sus revisiones periódicas– desde 2003, cuando fue operada de una rodilla.
 
La casualidad ha querido que los dos soberanos fueran ingresados el mismo día. El Borbón, de 75 años, en la clínica La Milagrosa, un nombre muy apropiado para sus circunstancias personales.
 
La británica, de 86 años, en el hospital que lleva el nombre de su bisabuelo, Eduardo VII. Éste fue –curiosidades de la vida o costumbres del linaje– un monarca con fama de mujeriego que contrajo matrimonio con Alejandra. Tan danesa como el apellido Larsen, ése mismo que distingue a Corina, la amiga de Juan Carlos I.
 
Pero, lo que son las cosas, el domingo de hospitales regios también lo ha sido de tanatorios plebeyos. Por lo menos, para el imaginario colectivo de un par de generaciones. No hay más que echar un vistazo a los periódicos digitales para apreciar el respecto que se había labrado el actor Pepe Sancho y la nostalgia con la que se recuerda al cantante Tony Ronald.
 
Como tributo al músico holandés, podríamos convertir su ‘Help, ayúdame’, compuesto en 1971, en un himno con el que acompañar las protestas contra los recortes del Gobierno, los desahucios o el escándalo de las preferentes. Y es que la frase previa al estribillo –Quiero olvidarme de aquel fracaso’– era toda una premonición.

Dos de los papeles que hicieron famoso a Pepe Sancho –el bandolero estudiante de Curro Jiménez y el cínico empresario del franquismo en Cuéntame– también simbolizan mucho de esta España destrozada, cuyo jefe del Estado tiene por delante varios meses de baja.
No estaría de más que recapacite porque, como ha demostrado Benedicto XVI, una retirada a tiempo es una victoria. Sobre todo, cuando no se tiene la salud a prueba de bomba de la Reina de Inglaterra.

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