Si antes de la crisis ya éramos
capaces de casi todo por obtener algo gratis, ahora que –según la NASA– la profecía de Los Mayas es un camelo, hemos perdido
la compostura. No hay más que ver la que se ha liado esta mañana en una
gasolinera Madrid, que ofrecía 50
euros de combustible gratis a quien apareciera con un teléfono Samsung.
Y qué decir de la locura
desatada entre los clientes de una panadería de la localidad valenciana de Torrent, que ofertando sus barras de
pan a 20 céntimos ha llegado a tener hasta 3.000 personas haciendo cola a la
puerta del establecimiento. Con estos dos antecedentes, y viendo al ministro de
Economía, Luis de Guindos, decir que este último trimestre del año será el
peor de la recesión, cualquier cosa es posible durante la campaña de Navidad.
La verdad es que, después de
conocer, también hoy, que los servicios públicos de empleo –sin el maquillaje zapateril– acogen en sus lacerantes
listas a cinco millones y medio de parados, podemos asistir a un festival de
ofertas inimaginable. Habrá que prepararse para todo.
Así, no hay que descartar
que en cualquier lugar de España algún
supermercado lleve la guerra de precios al extremo de un establecimiento danés,
que el pasado junio regalaba una compra de 270 euros a los clientes que acudieran
desnudos. Al tiempo, ya que la iniciativa tuvo una gran repercusión informativa.
Si nos atenemos a la
confesión de una clienta de la colapsada gasolinera madrileña, reconociendo que
estaba dispuesta a soportar la cola durante dos horas y con un bebé a bordo si
fuera preciso, nada es imposible con tal de ahorrar 50 euros.
Estamos en un país roto, donde
la crisis ha abierto una terrible brecha social. Así, esos 50 euros por los que muchos
universitarios madrileños –a toque de WhatsApp– dejaron sus
clases para llenar el depósito, representan el alquiler al que optan centenares
de desahuciados en la localidad valenciana de L´Alcudia.
En ambos casos, la Policía tuvo que intervenir para
poner orden, dada la avalancha de conductores, en un caso, y de desalojados por
no pagar la hipoteca que pretendían presentar su solicitud en el Ayuntamiento, en el otro. Qué cosas.
Desconocemos si el promotor que cede las viviendas a estrenar,
y que sus inquilinos podrán habitar hasta 10 años, tiene o no un Smartphone Samsung. El caso es que vivimos
en una España de contrastes, donde una pontevedresa se encerró este lunes
durante más de 24 horas –víctima desesperada de las preferentes– en un cajero de Novagalicia
Banco, mientras que el anterior presidente de la patronal, Díaz Ferrán, está acusado de ocultar pisos de lujo para no pagar a sus acreedores.
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