Los españoles estamos hechos
de otra pasta y no tenemos término medio. O nos da por pasarnos al lado oscuro, y
algunos acabamos triunfando, o decidimos ser honestos contribuyentes, y nos
saquean como a unos pardillos. Y es que, ya se sabe, no hay oferta sin demanda.
Además, como aquí todo vale,
resulta que primero tragamos con la jubilación a los 67 años. Luego, nos
aumentan el cálculo de la pensión, de 15 a 25 años, y ahora resulta que a quien
se retire en 2034, que no está tan lejos, le van a pegar un tajo del 12% a su
pensión.
Eso es lo que propone el
comité de sabios elegido por el Gobierno
y formado por once hombres y una mujer, sin que hasta el momento se haya
escuchado ninguna crítica feminista al respecto. Y es que, como estamos
anestesiados, esos doce lumbreras –deben serlo por su currículum– han decidido
que los españoles somos una raza a prueba de bomba. Y, ya se sabe: quien calla,
otorga.
De ahí, que el informe de
marras considera que da igual que nos recorten la sanidad y vayan a dejarnos el
salario bajo mínimos. Y eso quien lo tenga. Vamos, que el dichoso comité está
convencido de que seremos unos matusalenes. Pero como no habrá suficientes
pipiolos que coticen, pues leña al viejo, que no se queja.
Desde luego, somos únicos.
Porque estamos condenados a penar cuando nos llegue la edad de la jubilación y
resulta que hasta hace nada había 30.000 muertos a los se pagaba la prestación
por dependencia. Y encima eran las comunidades autónoma las que se quedaban con
la mayor parte, qué casualidad.
Pues, es lo que hay, llegaremos a viejos y seremos más pobres. Eso sí, para cuando nos hayan dejado la
pensión por los suelos ya habremos aprendido que no hay que fiarse de nadie. Y
menos de un banquero, no vaya a ser que nos ocurra como a esos tres
octogenarios a los que un director de Caja
España –cuya sentencia acaba de ser
ratificada por el Tribunal Supremo–
les estafó 223.000 euros.
Los tres incautos, un ciego,
un sordo y otro sin minusvalía, pero con un bajo nivel de instrucción, son toda
una metáfora de España. Menos mal
que Rajoy, el vidente, dice que el
año que viene irá claramente a mejor. Y yo me lo creo.
¿Qué año has dicho, Emilio, 2034? Yo tendré 54 años para entonces, aún me quedarán unos largos 13 años para alcanzar la jubilación si mientras tanto no aumentan la edad para ello... Futuro incierto donde los haya. Menos mal que siempre nos quedará el humor... ¿o también acabarán con eso?
ResponderEliminarUn saludo y enhorabuena por el artículo.
Siento comunicártelo, Rosa, pero... Según los cálculos de los expertos, a ti igual te quitan el 19%... Es lo que tiene haber nacido demasiado pronto. Porque se supone que, encima, vivirás más. Vamos, un lío.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario. Y, efectivamente, el humor es lo último que nos deben quitar.