Los
mayores, cada vez más pobres. Y los niños, sin parar de engordar. Así
estamos los españoles, que hace nada éramos los reyes de la cocina mediterránea
y ahora nos volvemos locos por un Mc Menú, bañado en Coca-Cola para ahogar nuestras penas.
Cómo
estará la cosa, que hasta el Gobierno de
Rajoy –que no se quiere enterar de nada– ha caído en la cuenta y, en la
última campaña de Tráfico, nos anima
a andar y dejar el coche aparcado. Aunque, para eso, Montoro ya se las apaña muy bien, retorciendo el bolsillo del
automovilista.
Tenemos
un problema –otro más– con el sobrepeso de nuestra chavalería. Porque uno de
cada cinco niños, nada menos, hacen temblar la báscula o directamente están
para el arrastre. A este paso, vamos a construir dos generaciones de ni-nis. La primera, bañada en botellón.
La segunda, envuelta en azúcar glaseado. Parados y gordos, por nuestra mala
cabeza y un estómago nada selectivo.
Aunque
los dietistas, que son unos aburridos, han venido en nuestro auxilio. Pero los
muy aguafiestas se empeñan en decir que, si no podemos echarnos a la boca un
filete de ternera, tampoco debemos hincarle el diente a una hamburguesa doble
con patatas. Y es que ahora lo saludable es darte una comilona de insectos, que
son ricos en proteínas y bajos en calorías.
Según
la FAO, la organización de la ONU para la alimentación y la
agricultura, muchas especies de insectos contienen la misma cantidad de
proteínas y minerales que la carne y el pescado. Además, son ricos en ácidos
grasos. Toda una invitación para los nimileuristas
que ya son legión en España.
Sólo
falta que a las comunidades autónomas, que están caninas, les dé por sustituir
el menú escolar de toda la vida por la doble ración de saltamontes, hormigas y
escarabajos. Aunque visto lo que sucede en un colegio de Alicante –donde la empresa de catering se ha plantado porque no
cobra desde septiembre– todo es posible.
Mientras
tanto, varias entidades bancarias –entre ellas Bankia y Nova Caixa Galicia,
que han dejado tiradas a miles de familias con las preferentes– darán un
crédito de 55 millones a Pescanova. Todo
un salvavidas para los que han ocultado sus pérdidas durante años.
A
los particulares, en cambio, nos envían a esa misma nevera donde ya no hay más
que yogures caducados, carne de segunda y platos precocinados. Y así estamos,
con el colesterol por las nubes y el ánimo por los suelos.
Hola Emilio, un estupendo artículo que refleja la realidad que vivimos. Me encanta ese toque de ironía, al final tendremos que buscar las especies de insectos con más proteinas.
ResponderEliminarFELICIDADES
Muchas gracias, María. La realidad es fea, muy fea. Y yo he decidido enfrentarme a ella con ironía. Es mi arma contra la corrupción de valores que nos come por los pies. Mi consejo: no te dejes vencer. Un saludo.
EliminarColesterol alto (cada vez exigen menos cantidad!!. Habría que ver si la ingesta de gusanos de seda, antes de ser crisálida), disponen de proteinas y bajo contenido de colesterol. De tal forma que, quizá, dejemos de hacer el capullo (sic).
ResponderEliminarMuy brillante, Juan. Nos has definido perfectamente. Si es que somos una pandilla mundial de capullos...
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