España no
tiene piedad y envía al exilio a sus jóvenes con talento. Pero resulta que
ahora fichará a los extranjeros con dinero. Da igual de dónde provengan porque
lo importante es la pasta. Y es que el Gobierno
de Rajoy, ese presidente de plasma
abducido por los hombres de negro, ha tirado por la calle de en medio.
Tanto, que ahora dará el
permiso de residencia a quien esté dispuesto a gastarse 500.000 euros en pisos.
Tiene gracia que esos mismos ladrillos que nos han llevado a la ruina, y que
están dejando España hecha un solar,
sean el anzuelo para reclutar millonarios de vaya usted a saber dónde. A eso se
le llama una selección natural de la especie. Tanto tienes, tanto vales.
Será que el Gobierno quiere compensar, con la llegada
de nuevos ricachones, ese ejército de casi 400.000 prostitutas –la mayoría
extranjeras– que malviven en garitos de carretera y antros de polígono industrial.
Porque también se dará permiso de residencia a los extranjeros que acrediten
una inversión o proyecto empresarial de interés. Y con varios miles de clubes
de alterne, y un público fiel, seguro que residentes de nuevo cuño no van a
faltar.
Asimismo, con el fichaje de
rusos y chinos de clase VIP –hacia
los que se dirigen últimamente todas las campañas– a lo mejor nos olvidaremos
durante un tiempo de las mafias que pululan por la costa y que han hecho del mediterráneo español un paraíso donde blanquear dinero de la delincuencia
organizada. Y así también pasaremos por alto que tres de cada diez presos que
pueblan nuestras cárceles han nacido en el extranjero.
Y, mientras tanto, ¿qué
hacemos con nuestros cerebros? Con una tasa de paro juvenil del 53%, que invita
a coger el petate y poner pies en polvorosa, lo tenemos crudo. Aunque siempre
hay soluciones alternativas.
Por ejemplo, ahora que han
admitido a Gibraltar como miembro de
pleno derecho de la UEFA, podríamos
enviar allí a una legión de futbolista que no cobran desde hace meses. Y ahora
que ya nos hemos quitado el complejo y la Roja lo ha ganado todo, si es
preciso, nos dejamos vencer a cambio de un buen pico.
Porque cuando la cosa se
pone fea, hay que hacer de tripas corazón. Como Colón, que le han puesto una camiseta del Barça frente al puerto de Barcelona anunciando una fundación de los
cataríes. Esos mismos a los que el Gobierno
de Rajoy garantiza un permiso de
residencia VIP a cambio de quedarse
con nuestra ruina inmobiliaria.
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