jueves, 19 de septiembre de 2013

¡Cómo nos gusta copiar en los exámenes!

 
Además de escaqueados, somos unos tramposos. Por eso, las universidades públicas de Navarra y Cantabria obligan a sus alumnos a firmar una declaración prometiendo no hacer chuletas. Y es que la mitad de los universitarios, según publica El País, reconocen haber copiado en los exámenes.
 
Pero es que seis de cada diez se jactan de haber plagiado sus trabajos en Internet. Como además de escaqueados y tramposos somos unos mentirosos de cuidado, el personal firma lo que haga falta. Luego, como Rajoy, si te he visto no me acuerdo. 
 
Porque ya no puedes fiarte ni de los nuevos policías. Por lo menos, en Barcelona, donde hace un par de meses tuvieron que repetir unas pruebas de acceso a la Guardia Urbana. Resulta que hasta se consintió el uso de móviles y Ipads para buscar las respuestas en Google. Y todavía habría quien suspendiera.
 
Desde que al piloto Dani Pedrosa le colocaran con un pinganillo, en unos exámenes para patrón de barco, todo vale. Sólo falta que aparezca ahora un antiguo compañero de Susana Díaz, la presidenta de Junta de Andalucía, diciendo que, además de tirarse diez años para acabar la carrera, también le daba a la chuleta.
 
Y es que, como somos unos espabilados, con la ayuda de las nuevas tecnologías hemos creado una industria del copieteo. Porque ya tenemos hasta micropymes de la chuleta electrónica en las universidades. A este paso, acabarán por convertirse en instituciones como los tunos, a quienes, por cierto, no les interesa lo más mínimo aprobar. Y, como España es un chollo para los vendedores de pinganillos y micrófonos, así se explica que las agencias de detectives se hayan multiplicado.
 
A la hora de copiar, o sacarnos un carnet sin ir a clase, es que somos únicos. Si no, que se lo digan a Alejandro Sanz o Sofía Mazagatos –la del candelabro-, a los que hace quince años engancharon con carnés de conducir fraudulentos que habían obtenido en Gibraltar. Junto a ellos, la Guardia Civil colocó a otros 1.800 conductores.
 
Vamos, que lo nuestro viene de tradición y deberíamos estar curados de espanto. Aunque, eso sí, mucho cuidado quien lleve un marcapasos porque los inhibidores anti pinganillo pueden darle un susto. Y es que eso de copiar, aunque nos ponga mucho, también tiene efectos secundarios.

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